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Alimentación en el trabajo: claves para una dieta equilibrada y saludable.

Foto del escritor: Sia Salud DigitalSia Salud Digital

Comida saludable

En el ajetreo diario del entorno laboral, la alimentación puede pasar a un segundo plano, con muchas personas optando por opciones rápidas pero no siempre saludables para satisfacer sus necesidades nutricionales. Sin embargo, lo que comemos durante nuestra jornada laboral puede tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar general, así como en nuestro rendimiento en el trabajo.


Es por eso que es crucial prestar atención a nuestros hábitos alimenticios y hacer pequeños cambios que nos ayuden a mantener una dieta equilibrada y saludable, incluso en medio de nuestras ocupadas agendas laborales.


Hábitos Alimenticios en el Trabajo

Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se ha observado una tendencia creciente hacia el consumo de alimentos rápidos y procesados durante la jornada laboral. La disponibilidad de estos alimentos pueden hacer que sea tentador recurrir a ellos, pero suelen ser bajos en nutrientes y altos en calorías, grasas saturadas y sodio. Este tipo de hábitos alimenticios pueden contribuir a una dieta desequilibrada y poco saludable, con consecuencias negativas para nuestra salud a largo plazo, como el aumento del riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.


Además, el sedentarismo y la falta de actividad física en el trabajo también pueden influir en nuestros hábitos alimenticios. Cuando pasamos largas horas sentados frente a una pantalla, es más probable que optemos por alimentos poco saludables y altos en calorías para satisfacer nuestros antojos, en lugar de opciones más nutritivas y equilibradas.


Consejos Prácticos

Para mejorar nuestra alimentación en el trabajo, es importante planificar con anticipación y preparar nuestras comidas en casa. Esto nos permite tener control sobre los ingredientes y las porciones, y nos ayuda a evitar recurrir a opciones poco saludables durante la jornada laboral. Lograr un equilibrio de nutrientes en la dieta diaria, puede permitir tener una vida sana, un buen desarrollo físico y mental, además de mejorar el rendimiento y productividad laboral. A continuación te damos algunas recomendaciones básicas para tener una alimentación balanceada:


-Incluye todos los grupos de alimentos: lácteos, cereales, verduras, frutas, grasas y proteínas tanto animales como vegetales.

-Incorpora grasas sanas en tu dieta: las grasas aportan energía y ayudan en la absorción de vitaminas. Se pueden incluir grasas no saturadas que se encuentran en alimentos como el pescado, aguacate, frutos secos, aceites vegetales como el aceite de oliva.

-Consumir carbohidratos también es importante.

-Mantente hidratado: tomar agua constantemente regula la temperatura corporal y acelera la digestión.

-Consume complejo B, en todas sus presentaciones: la tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, biotina y ácido fólico, son vitaminas indispensables en nuestra dieta, ya que ayudan en el proceso de la obtención de energía, absorción de nutrientes y generación de glóbulos rojos.


Otro aspecto importante a tener en cuenta es la hidratación. Muchas veces olvidamos beber suficiente agua durante el día, lo que puede llevarnos a la deshidratación y afectar nuestra concentración y rendimiento en el trabajo. Por eso, es fundamental mantenernos hidratados bebiendo agua regularmente a lo largo del día. Si te resulta difícil recordar beber agua, puedes llevar contigo una botella reutilizable y establecer recordatorios periódicos para tomar un trago.


Impacto en la Salud y el Rendimiento Laboral

Una alimentación equilibrada y saludable no solo beneficia nuestra salud física, sino también nuestra salud mental y emocional. Estudios han demostrado que una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras puede mejorar nuestra concentración, memoria y estado de ánimo, lo que se traduce en un mejor rendimiento laboral y una mayor productividad. Por otro lado, el consumo excesivo de alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas puede provocar fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre, lo que puede afectar nuestra energía y concentración en el trabajo.


Importancia de los Descansos y la Hidratación

No debemos subestimar el impacto que tienen los descansos y la hidratación en nuestro rendimiento laboral. Tomar pausas cortas para comer y rehidratarse nos permite recargar energías y mantenernos alerta y concentrados en nuestras tareas. Además, mantenernos bien hidratados a lo largo del día ayuda a prevenir la fatiga, mejorar la función cognitiva y regular la temperatura corporal, especialmente en entornos laborales donde la temperatura o la humedad pueden ser extremas.


En conclusión, la importancia de cuidar la alimentación dentro de los periodos laborales no puede ser subestimada. Con una creciente tendencia a consumir comidas fuera de casa y la prevalencia en la elección de alimentos de rápida preparación y poco saludables, es crucial tomar medidas proactivas para mantener una dieta equilibrada y nutritiva. Desde el área de medicina laboral de Sia Salud, te recordamos que una alimentación adecuada no solo beneficia nuestra salud física, sino que también tiene un impacto significativo en nuestra salud mental y emocional, así como en nuestra productividad laboral.




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